En agosto de 1996 la Comisión de Cambios integrada por funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y del Banco de México, y a cuyo cargo está la determinación de la política cambiaria del país, acordó la conveniencia de que el Banco de México aumentara el nivel de sus reservas internacionales sin alterar el régimen de tipo de cambio flexible. En el boletín de esa fecha, la Comisión advirtió la importancia de que este objetivo se lograra sin predeterminar el nivel del tipo de cambio y mediante un esquema que favoreciera las compras del instituto emisor cuando el mercado estuviera ofrecido y las inhibiera cuando se encontrara demandado.

Bajo estos criterios, el Banco de México anunció, mediante una circular 71/96, la adopción de un mecanismo de opciones de venta de dólares. Estas opciones se subastaban el último día hábil de cada mes por un monto que fue fijado inicialmente en 130 millones de dólares (mdd) y que fue modificado en cinco ocasiones para quedar en 250 mdd (ver serie histórica de montos ofrecidos). Durante algunos meses, la Comisión de Cambios resolvió que de ejercerse el 80% o más de las opciones antes del día 16 del mes correspondiente se convocaría inmediatamente a una subasta adicional.

Como se explica en el documento de investigación del Banco de México, los derechos derivados de estas opciones podían ser ejercidos por sus tenedores, total o parcialmente, dentro del mes inmediato siguiente al de la subasta respectiva. Los poseedores de las opciones podían vender dólares al Banco de México al tipo de cambio FIX del día hábil bancario anterior al que se ejercía la opción, siempre y cuando dicho valor no resultara mayor al promedio de los tipos de cambio que el banco central hubiese determinado los veinte días hábiles inmediatos anteriores a la fecha en la que se pretendía ejercer el instrumento.

La Comisión de Cambios resolvió suspender la venta de opciones a partir de la subasta que se realizó en junio de 2001 debido a que el nivel de activos internacionales netos había alcanzado un nivel tal que ya no se justificaba continuar con la política de acumulación. A través del mecanismo el Banco de México acumuló reservas por un total de 12,245 mdd (ver serie histórica de montos ejercidos).