Descargar versión PDF

La economía mundial continuó recuperándose, aunque a un ritmo menor al esperado

La economía mundial siguió recuperándose durante el cuarto trimestre de 2021, si bien a un ritmo menor al esperado ante las constantes afectaciones en las cadenas globales de suministro y la menor movilidad asociada al repunte de contagios por la variante ómicron del virus SARS-CoV-2.

La recuperación de la actividad económica mundial siguió siendo distinta entre países, dependiendo de la evolución de la pandemia, del avance en los procesos de vacunación y de las distintas medidas aplicadas por las autoridades sanitarias, monetarias (ajustes en las tasas de interés y en programas de compras de activos ) y fiscales (apoyos económicos) en cada país.

La inflación mundial continuó aumentando ante el alza en los precios de alimentos y energéticos, así como de una gran cantidad de bienes y servicios, reflejando en parte los persistentes cuellos de botella en las cadenas globales de suministro. Además, a pesar de que algunos servicios han empezado a normalizarse, las familias siguen comprando más mercancías.

Los mercados laborales siguen recuperándose en función de la evolución de la pandemia y la reapertura de actividades productivas. En algunos sectores de la economía los salarios han aumentado como consecuencia del desbalance entre la disponibilidad de mano de obra y los trabajadores que requieren las empresas.

La recuperación de la economía mundial aún se observa incierta en los próximos meses y dependerá de la evolución de la pandemia, el proceso de vacunación mundial, la duración de las interrupciones en las cadenas globales de suministro, la evolución de las presiones inflacionarias y la posibilidad de que tanto Estados Unidos como otras economías avanzadas otorguen menores apoyos económicos a los previstos e incrementen sus tasas de interés. Además, el agravamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania podría tener repercusiones tanto en el crecimiento como en la inflación mundial.

Fuente: Elaborado por Banco de México con información de Haver Analytics y J.P. Morgan.

La actividad económica en nuestro país registró un crecimiento nulo

Durante el cuarto trimestre de 2021, el Producto Interno Bruto (PIB) mantuvo un nivel similar al del trimestre anterior. Los diversos sectores que componen la actividad económica se desempeñaron de manera distinta. En particular, los servicios disminuyeron por segundo trimestre consecutivo. En contraste, la actividad industrial presentó un ligero avance gracias a un desempeño más favorable de las manufacturas. El mercado laboral presentó cierta mejoría, aunque indicadores como las tasas de desocupación y subocupación permanecieron por arriba de lo observado previo a la pandemia.

Fuente: Elaboración propia con datos del Sistema de Cuentas Nacionales, INEGI.

Pronósticos para la actividad económica

Se pronostica que la economía mexicana crecerá entre 1.6 y 3.2% en 2022, con una estimación puntual de 2.4%; y entre 1.9 y 3.9% para 2023, con una estimación puntual de 2.9%. El desempeño de la economía mexicana seguirá dependiendo del comportamiento de la pandemia. Así, la reciente ola de contagios causados por la variante ómicron a principios de año podría afectar la reactivación económica esperada para principios de 2022. No obstante, se espera que una evolución más favorable de la pandemia en los próximos meses propicie un mejor comportamiento de nuestra economía durante el resto del año.

La inflación sigue resintiendo los efectos de la pandemia

El objetivo prioritario del Banco de México es mantener una inflación baja y estable, que contribuya a un marco de estabilidad y confianza para todos.

La inflación general anual sigue resintiendo los efectos de la pandemia, los cuales han sido de mayor duración e intensidad. En el cuarto trimestre de 2021 fue de 6.99% y, de acuerdo con el último dato disponible, en la primera quincena de febrero de 2022 se ubicó en 7.22%.

La inflación subyacente continuó siendo impactada de manera importante por las diversas afectaciones derivadas de la pandemia de COVID-19 que han presionado a los precios de las mercancías y servicios, tales como los cuellos de botella presentados en las cadenas globales de suministro, la recomposición del gasto de las familias hacia mayores compras de mercancías, y la reapertura de los servicios, entre otras. Así, la inflación subyacente anual pasó de 4.79% en el tercer trimestre a 5.60% en el cuarto trimestre de 2021. A enero de 2022, acumuló catorce meses consecutivos al alza, presentando un incremento adicional en la primera quincena de febrero hasta llegar a 6.52%.

Entre el tercer y el cuarto trimestre de 2021, la inflación no subyacente anual aumentó de 8.97 a 11.28%. Este comportamiento se debió a la mayor inflación de los productos agropecuarios y energéticos. En la primera quincena de febrero de 2022, la inflación no subyacente anual disminuyó a 9.33% influida por una reducción en la inflación de los energéticos.

Pronósticos para la inflación

Si bien la inflación continúa resintiendo los efectos derivados de la pandemia (agravados por la aparición de la variante ómicron del virus causante de COVID-19), se prevé que estos irán disminuyendo en el transcurso de 2022. Debido a que el entorno inflacionario actual sigue siendo complejo (dado que la pandemia todavía implica riesgos y el reciente conflicto entre Rusia y Ucrania), no se descarta la posibilidad de que la inflación siga sujeta a presiones al alza por un periodo mayor al esperado o que surjan otras condiciones adversas. Sin embargo, se continúa previendo que la inflación general disminuya a lo largo de 2022 y se aproxime a niveles cercanos a nuestra meta de 3% en el tercer trimestre de 2023.

La tasa de referencia subió

La decisión de política monetaria, es decir, la decisión de aumentar, mantener o disminuir la tasa de referencia (tasa de interés), está orientada al cumplimiento de la meta de inflación del Banco de México.

Las presiones inflacionarias derivadas de la pandemia han sido de mayor magnitud y duración de lo que pensábamos. La inflación ha llegado a niveles que no habíamos observado en aproximadamente dos décadas. En este entorno incierto y complejo ocasionado por la pandemia de COVID-19, la Junta de Gobierno de nuestro banco ha venido aumentando la tasa de interés interbancaria a un día (tasa de referencia). En particular, en los últimos meses la incrementó de 4.50 a 4.75% en la reunión del 30 de septiembre, de 4.75 a 5% en la del 11 de noviembre, de 5 a 5.50% en la del 16 de diciembre, y finalmente de 5.50 a 6.00% en la primera reunión de 2022 celebrada el 10 de febrero.

Con nuestras decisiones de política monetaria buscamos que la inflación regrese a nuestra meta de 3%, y de esta manera, evitar los costos económicos y sociales asociados con periodos de alta inflación, los cuales repercuten en el bienestar de la población.

La Junta de Gobierno seguirá evaluando los indicadores económicos, la evolución de la pandemia y las presiones inflacionarias globales para tomar la decisión de política monetaria más conveniente para la economía de nuestro país